Practicar remo estático en una sesión de entrenamiento en el gimnasio es un ejercicio integral, ya que se trabaja toda la musculatura, tanto superior como inferior del cuerpo.
El remo que se practica en los gimnasios es una actividad aeróbica que se ha convertido en una de las actividades más completas que existe, ya que involucra a varias partes del cuerpo mientras se realiza.
Las partes del cuerpo que se trabajan con el remo estático son sobre todo las piernas, que son las que aguantan gran parte de la tensión del ejercicio. Los brazos se ven también beneficiados porque al permanecer agarrados y en pleno movimiento hacemos que intervengan todos al completo. Lo mismo sucede con los abdominales, que se verán involucrados de manera leve en la ejecución de este ejercicio, ya que se mantienen contraídos a lo largo del recorrido.
El remo estático es un ejercicio con un impacto suave en las articulaciones de la pierna a diferencia de otros ejercicios aeróbicos, por lo que es recomendable para las personas que tengan problemas de rodilla. A esto debemos sumar la quema de calorías que representa este ejercicio físico, ya que al involucrar a tantas partes del cuerpo el trabajo es mayor, y por lo tanto la quema calórica también.
Remar en el gimnasio no solo nos ayuda a aumentar la resistencia y la capacidad de esfuerzo, sino que además es una buena actividad para aprender a conocer nuestros límites, pues es necesario que cuando se practique se sepa dosificar la fuerza para poder aguantar todo el tiempo que dura la actividad.
No debemos olvidar en ningún momento que también es una buena manera de aliviar tensiones y combatir el estrés, ya que es un ejercicio que ayuda a quemar adrenalina y mostrarnos más relajados después de practicarlo. Por ello es aconsejable que se incluya en la rutina de entrenamiento para así tener más opciones a la hora de realizar ejercicio aeróbico.
Antes de practicar remo hay que asegurase que el talón esté bien apoyado en la base del pedal y convenientemente ajustadas las correas. La posición de la espalda debe de ser recta porque serán las caderas las que se flexionen y extiendan al realizar el movimiento. Los codos deben estar cerca del torax al tirar de la polea para que trabajen los hombros. Importante no balancear el cuerpo hacia atrás para aplicar más fuerza.
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