La acumulación y procesamiento de grandes cantidades de datos, conocido como Big Data, es ya una realidad. Aparte de las aplicaciones en el ámbito empresarial o para fines de investigación, el análisis de grandes cantidades de datos también se aplica al deporte.
Los aspectos más visibles de la avalancha de datos en el mundo del deporte hacen referencia al análisis del rendimiento y las nuevas maneras de presentar y consumir el fútbol en los medios de comunicación, pero también examina fenómenos como la manipulación de los datos como forma de dopaje, el impacto de las apuestas deportivas más habituales o las políticas que se deciden teniendo en cuenta los datos de difusión y cobertura de los medios de comunicación.
La información es clave en el deporte de alta competición, pero no es el único objetivo que está en el punto de mira del Big Data. Los deportistas de élite muchas veces obligan a su cuerpo a desarrollar sobreesfuerzos que acaban pasándoles factura. Un análisis pormenorizado y la posibilidad de cruzar datos con otros deportistas que realizan el mismo esfuerzo, evaluando las condiciones y el desgaste físico, podrían servir para alertar a cada persona cuando esté llegando a su límite, evitando así consecuencias graves.
Mediacoach, el software de análisis que usan los equipos de la Liga española es un ejemplo de innovación en este sentido. Cada estadio dispone de 16 cámaras con sensores que registran todos los movimientos de los futbolistas sobre la hierba. Los datos se almacenan en un servidor y quedan a disposición de todos los equipos para su posterior análisis.
Los Juegos Olímpicos de Londres 2012 marcaron un hito en la innovación tecnológica en el deporte. Algunos deportistas se sirvieron del Big Data para tratar de mejorar sus resultados. La atleta estadounidense Lolo Jones entrenó con un equipo de 22 científicos y analistas. Se utilizaron sensores en sus zapatillas, datos de imagen a cámara lenta y elementos para controlar que su cuerpo funcionara al máximo rendimiento.
Así pues, monitorizar el rendimiento de los jugadores, analizar la estrategia del equipo propio y el contrario, e incluso medir y prever el comportamiento de los fans que acuden a los partidos o entrenamientos es ya posible gracias a la aplicación del Big Data al deporte.