1. ¿Qué es el Método Palestra?
Antes de contarte qué es el Método Palestra, quizá deberíamos empezar un pasito más atrás. Un método es, en su definición más simplificada, un modo ordenado y sistemático de proceder para llegar a un fin determinado. El término griego methodos (camino o vía), hace referencia al camino que seguimos para llegar a alguna parte.
Así, a la hora de definir y establecer un método exitoso, es muy importante tener absolutamente claro cuál es el objetivo que persigue. Mientras que otros clubs focalizan su actividad en ganar partidos o acumular trofeos con los que rellenar polvorientas vitrinas, nosotros apuntamos más alto. El camino que hemos elegido tiene que ver con el desarrollo personal y con la concepción del deporte como transmisor de valores, espacio de socialización, herramienta educativa y a la recuperación de lo que esencialmente es: un juego.
Para ello nos basamos en unos criterios muy específicos, donde la calidad de la educación deportiva y futbolística debe estar al mismo nivel que la educación social y emocional.
2. ¿A qué problemas y situaciones da respuesta el Método Palestra?
Imagínate este caso hipotético, pero muy real al mismo tiempo y, de hecho, bastante habitual:
«Dani tiene 8 años y quiere jugar al fútbol. Le encanta, le divierte muchísimo… ¡le entusiasma! Juega en el equipo de su colegio como extraescolar, pero la liga es corta y no está muy bien organizada, así que sus padres deciden inscribirle en un club deportivo para que pueda participar en la liga federada. Así podrá jugar más y mejor, estar en manos de profesionales y compartir campo con los clubes que admira y que le hacen soñar con el balón. En dicho club, someten a Dani a una prueba de selección tras la que es rechazado: Lo siento, chaval. No vales para esto. Fin de la historia».
Las prioridades del club han quedado claras; las de Dani acaban de sufrir un duro revés. Por supuesto, es legítimo que un club cuyo objetivo sea el deporte de élite o el deporte profesional, emplee estos métodos de selección: su objetivo principal no es jugar, sino ganar. Sin embargo, nuestra visión del deporte nos sitúa en un extremo contrario a dicha metodología; de ahí que hayamos desarrollado la nuestra propia.
Por eso, aunque el Club Palestra Atenea tiene decenas de equipos en Competición Federada, no tenemos pruebas de selección. Creemos que el impacto emocional que puede sufrir un niño, niña o adolescente tras este tipo de rechazo va en contra de los auténticos valores deportivos. Y creemos que también que esas distinciones entre valer o no valer, ser apto o no ser apto, no tienen cabida en el entorno del juego y el aprendizaje.
Por eso, el Método Palestra pone solución y evita directamente causar problemas de este tipo:
– Jugadores/as relegados/as al banquillo (con la consecuente desmotivación).
– Énfasis excesivo en el desarrollo de la competitividad en detrimento del principio colaborativo.
– Restricción del libre acceso al deporte federado.
– Estrés derivado de la presión ejercida sobre los jugadores/as, para quienes el deporte se acaba reduciendo a una cuestión de ganar o perder, obviando el juego, la diversión y el desarrollo de la persona, aún en proceso de construcción.
– Frustración, rechazo, miedo al fracaso y debilitamiento de la autoestima (dentro del ámbito sobre el que ejercemos influencia).
– Efecto Pigmalión negativo: Si le dices a un niño/a que no sirve para algo, le estás condicionando a que esa «profecía» se cumpla.
3. Objetivos específicos del Método Palestra.
Nos parece oportuno aclarar que en ningún momento se sacrifica la calidad de la formación futbolística y deportiva adquirida por los jugadores y jugadoras del club. Sencillamente, esta se pone a la par de otro tipo de formación mucho más general y aplicable a todos los ámbitos de la vida. Partiendo de los problemas y situaciones especificados más arriba, lo que aquí planteamos pretende ser un método eminentemente educativo, totalmente enfocado a la consecución de los siguientes objetivos:
– Refuerzo de la autoestima.
– Educación centrada en todas las dimensiones del niño/a: física, psicológica, social y emocional.
– Vivencia plena de la práctica deportiva: priorizar la pasión sana por el deporte, que es nuestra razón de ser.
– Promover el respeto y la no discriminación.
– Acceso libre al deporte de calidad.
– Reubicación de ciertas creencias limitantes para el desarrollo personal del tipo «perder un partido es fracasar» o «tienes que ser el/la mejor en todo».
– Efecto Pigmalión positivo: Si le dices a un niño/a que es capaz de algo, le estás empujando a conseguirlo.
– Y lo más importante de todo: ¡Divertirse y disfrutar jugando en equipo!
4. El pilar fundamental del Método Palestra.
Mientras que el fútbol (y el deporte en general) es el foco principal en torno al cual se pone en marcha todo este sistema educativo, hay un factor clave para que funcione. Igual que el factor humano es nuestra máxima prioridad con respecto a los jugadores y jugadoras, también lo es respecto a todo el equipo docente.
El desarrollo de niños/as sanos y felices es responsabilidad de toda la comunidad educativa: es decir, de todas las personas que influyen y son influidas en este entorno. Desde el presidente del club hasta las familias. Por eso, la pieza fundamental en este engranaje, son las personas que en último término están en contacto y se encargan del entrenamiento y educación de los niños y niñas: profesionales del deporte y de la educación, altamente cualificados y titulados.
En total coherencia con esta responsabilidad y como debería ser en todos los clubs, en el Club Deportivo Palestra Atenea casi todos somos profesores de Educación Física, salvo aquellas personas cuyo puesto exige otro tipo de formación, por supuesto. Contamos también con psicopedagogos, periodistas, maestros, etc. Profesionales que creen en lo que hacen y que están más que preparados para hacerlo.
Esta es otra de las cosas que nos diferencian y una condición imprescindible para poder aplicar este método y lograr los objetivos que le dan forma y sentido.
Juego y aprendizaje forman un binomio esencial en la infancia y aún en la adolescencia. Si ellos/as quieren jugar y tú quieres que aprendan… ¡nosotros somos vuestro club!